Y sigo intentando no dar la chapa de más, pero a ver si no a quién puedo ir a incordiar y que no le importe...
La entrada en dique duró escasamente un mes, pero me pareció un siglo, y no el de oro precisamente. Solamente deciros que vivíamos mitad y mitad en el barco y en tierra : dormíamos a bordo, comíamos en tierra, duchas en tierra también, y nada de ir a ellas con solamente la toalla, sino como mandase la uniformidad del día, claro. Si de noche tenías que ir al baño, había que vestirse entero, ponerse el chaquetón de mar, pedir permiso para salir a tierra, salir a tierra, e invertir el proceso. Si ibas al baño a las tres a.m. y tenías guardia de punto antealba, ya no volvías a pegar ojo en toda la noche... en fín, pelillos a la mar.
Pero ver mi DEG en dique con la obra viva al aire fue realmente interesante .
Mientras estábamos en dique los de los trozos de seguridad interior hicimos un curso de bomberos, y me gané mi primer -- y único-- arresto. Este curso lo hacían diariamente en el CISI ( en lo que es ahora la escuela A. Escaño ) hasta los que estaban de guardia, y uno de los ejercicios era apagar un fuego de petróleo real, dentro de un puente de barco real, con equipos de mangueras de alta, de baja, lanza y cuellos de cisne... un carnaval de lo más espectacular, que te dejaba los ojos ardiendo. Al volver de uno de estos ejercicios me fui a la enfermería, y el brigada enfermero me dió un colirio y me dijo que tuviese los ojos cerrados media hora. Ya se sabe : echado en la litera, con los ojos cerrados, después de comer... inevitable. Ese día estaba de guardia interior -- en mi caso básicamente estar en el barco, por si hacía falta repartior material, y ver la TV todo el día --, me pilló el suboficial de GI, y me calcó diez días de arresto, por dormirme en la guardia.
Este tipo, sgto. J.M.F.F. era, el pobre, el tipo de cretino ( algunos había ) que opinaba que si estás en la mili es para pasarlo mal, y como yo me lo pasaba en grande, y se notaba, me andaba detrás. Si es que los hay que se divierten con cualquier cosa. Al tiempo, que algún día nos encontraremos y solventaremos la cuestión a espada y a sangre detrás de la tapia de las Samaritanas, como diría Dumas...
Después, otra vez navegaciones y más navegaciones. Aquí en el Cantábrico, al largo de Santander, muertos de frío, con los picos de Europa nevados al fondo :
Luego de tres días en Santander, a aguas más cálidas, en Las Palmas y Tenerife.
El nuevo comandante ( luego VAlmirante ) CF Calvar Gross era menos simpático, pero tenía detalles de padre : al llegar a Tenerife nos puso un bus y bolsas de rancho frío ( bocadilos de filete, fruta y coca-colas), y nos llevaron a los que así lo desearon de paseo por todo el N. de la isla, con paradas en todas partes. ¿ Dónde si no en la Marina te llevan de crucero, te ponen excursión y te invitan a comer ? Si es que había algunos que todavía se quejaban...
Yo es que casi consideraba este barco como propiedad mía, con una tripulación que parecía contratada ex-profeso para llevarme a sitios interesantes. Bueno, tal que unas vacaciones en el mar, ¿ no ?
Aquí en Puerto de la Cruz, bien acompañados de jarras (ya) vacías :
Y descansando, después de un día de pateo-pateo.
Al otro día alquilamos un coche entre cinco y nos subimos al Teide, llenamos el coche de trozos de lava y obsidiana como recuerdo, y vuelta a Europa y al uniforme de invierno, que al blanco tropical era transitorio, pero sirvió para saber por qué le llaman las Islas Afortunadas. Así que dejamos Canarias por popa -- y por narices, que yo me hubiese quedado más tiempo :
Y ya todo fue más de los mismo... Una época feliz : Rota-Cádiz, Cádiz-Rota, otra vez Ceuta, otra Cartagena, de nuevo a Lisboa, Ferroliño de nuevo, vuelta a Santander, Bahía de Vigo, y en Mayo revista naval en La Coruña, con visita del Rey, cubrir candeleros y saludos a la voz ( Viva España, Vi-vá ). Aquí poco antes del acto, formando para la revista :
Después a Mallorca, rodeados de delfines y peces volarores a millones, con bombardeo de costa sobre Isla Redonda, y tiempo libre para visitar la isla -- esta vez no hubo bus del comandante, el presupuesto ya a andaba mal. En Can Pastillá, con la espalda más roja que la camiseta :
Amarrados en Rota tuvimos el único momento delicado que recuerdo : uno de los cocineros había echado un cacharro de aceite sobre una plancha sin darse cuenta de que estaba encendida, prendió el aceite, y el fuego se comunicó a la exhaustación de las campanas, que a su vez soltaban en la cubierta alta, y empezaron a salir al aire llamaradas de dos metros... al lado de las jarras de 8 misiles Harpoon. Esto en medio de otras dos fragatas, casi tocando otros 16 misiles idénticos, y con el Dédalo del otro lado del muelle. Fue el único zafarrancho de combate que yo recuerde en el que batimos marca de tiempo, y el incendio se extinguió casi antes de empezar.
Después varias navegaciones, con muchas paradas en Rota y Cádiz, y cómo no, Ferrol otras varias veces, aquí en el torrotito de mi fragata :
Esta era la uniformidad que más me gustaba, que en Ferrol además no sobraba nunca : faena blanca con tafetán. Y si era festivo, con peto de gala azul marino. Es el uniforme tradicional, y para mí simplemente precioso por lo sencillo.
Para Julio del 85 ya éramos curtidos veteranos, o eso nos creíamos, pobres pardillos; sabíamos todos los trucos del oficio, sabíamos marear de maravilla y fastidiar al que te fastidiaba, tanto de arriba como de abajo, hasta que llegamos a un conveniente
vive y deja vivir, que hacía la vida feliz a todo el mundo. Ayudaba mucho el que la vida en un barco relativamente pequeño no es la de un cuartel, y todos nos conocemos y nos necesitamos, o por unas o por otras. Bueeeennnooooo... era sabido que al que se metía con el lavandero se le desteñía la ropa ( y si no era la de uniforme ya no te la tenían ni que lavar ), y que meterse con el cocinero era resignarse a las comidas reglamentarias, sin nada entre horas...
Las tardes-noches en El Ferrol eran mágicas, con el sol cayendo los barcos arriando bandera ( Atención, oración : Tú que dispones de viento y mar...) el mar de la dársena quieto como un espejo, las explanadas vacías y ese olor a puerto que más que olor es perfume...
Después del permiso de mi segundo verano en la Navy, navegaciones varias, una de ellas en Cádiz, con tiro nocturno con iluminantes, muy bonito de ver, y que me permitieron ver en cubierta, dejando mi puesto de Z/C, y otra con tiro de misiles, en pleno día, contra un drone :
Y ya poco más quedaba.
Dejé el barco en Cádiz con permiso indefinido unos días antes de lo que me tocaba, para poder formalizar la matrícula en la universidad con tiempo. Un detalle que agradecí, porque además del hecho en sí mismo, era una forma de hacerme ver que agradecían mi trabajo, que yo hice siempre sin escatimar esfuerzo.
En Cádiz, finales de septiembre del 85, mi
F73 Cataluña era la de en medio, por fuera la
F74 Asturias , por dentro debía ser la
Extremadura :
Y así acabó la cosa. Todavía sueño con ese barco, y con lo bien que me lo pasé, lo que visitamos y lo que aprendí en todos esos meses, tanto en el tema naval como en el humano.
Y algo más : en una de las visitas a Ceuta sentí algo que nunca había sentido antes. La verdad es que el cuadro había que verlo : Día claro, mi escuadrilla atracada de tres en fondo, con otros barcos de otras escuadrillas por allí también, las banderas grandes (era festivo), todo llenos de moritos por allí, y al findo Punta Europa y Gibraltar. Más que saberlo, esa tarde me
sentí español, rodeado por las tradiciones y la Historia que nos precedieron, y me dura hasta ahora. Realmente fue uno de los regalos más bonitos que me hizo la Marina, y no fueron pocos los que recibí.
De modo que vais a permitir que diga lo que sigue, en palabras de un sobre de azúcar que guardo desde entonces ...
Porque realmente fue una época bonita.
Muy cordiales saludos a todos,
Willie.